Rapanui: puro chocolate patagónico.
El otoño siempre regala esos días de sol lo suficientemente fresquitos como para salir a caminar y disfrutar del aire. Después de un almuerzo que se transformó en un nuevo clásico teníamos varias opciones para el postre. Lucía quería un té, Santiago un helado, Agustín un chocolate caliente y yo un café. Después de una caminata palermitana encontramos un lugar donde pedir todo eso y más. Bombones, chocolate, alfajores, helados y un montón de cosas ricas para elegir: así entramos a Chocolates Rapanui.
Rapanui Palermo es una casona antigua hermosamente remodelada. La fachada está repleta de hojas e invita a quedarse con esa sensación de visitar a un amigo. Cada ambiente fue transformado en un lugar clave: la sala de estar, los pasillos, las habitaciones y el quincho ahora son la barra principal con los productos al paso y todos los clásicos chocolates de Bariloche, la zona de café y la de helados. También te podés sentar en el patiecito y la terraza (con las míticas sillas playeras). Los árboles, las flores, el perfume único del cacao y el café. Todo se mezcla para crear un nuevo sabor que todos conocemos: el del hogar.
Hay varias opciones especiales y yo fui por la que tenía vainilla, chocolate y almendras: al principio se siente más el sabor al café y hacia el final se hace más intenso el cacao. ¿Lo más lindo? La bandeja viene con un extra estilo marroc adentro de un pirotin para bombones. Lo acompañé con un alfajor de frambuesa y la próxima estoy segura de que va a ser con Franui.
Así terminó otra tarde entre amigos que alegran el corazón.
Todavía quedan más historias de cafeterías y helados por contar.