Santal: la emblemática merienda de Belgrano.

Santal: la emblemática merienda de Belgrano.

Ir a una nueva cafetería siempre es una aventura: llegar hasta la puerta para descubrir la entrada, las mesas, la carta, el ambiente. Pero también la intención, las charlas, los amigos, los feriados esperados.
Los días de lluvia siempre nos invitan a embarcarnos en estos viajes de estreno. Poco a poco la luz va volviendo a los rincones del país y les confirmamos que también está encendida en Virrey del Pino 2235: Santal Café. Existe un antes y un después de esta merienda en Belgrano.

“Somos responsables de la energía que llevamos a este espacio” dice en el vidrio antes de ingresar. Y es cierto: cada uno de nosotros lleva una historia consigo que se traslada desde este ángulo de la puerta hasta la mesa. Bienvenidos a otra tarde tratando de descifrar el mundo desde Buenos Aires ¿quiénes se suman a la ronda?

Éramos 3, las mismas 3 de cada almuerzo de café. Pero esta vez con la carta para recibir las charlas. Nos decidimos por las meriendas completas que son la clave absoluta del lugar. Están en precio y son de una calidad que enamora. Por un lado: café, jugo, tostado y yogurt de coco con cereales. Por el otro: latte y medialunas, de esas calentitas, esponjosas, de las que te cuentan que están recién hechas sin decírtelo.

Pasamos por el patio pero nos quedamos en una mesa dentro de un salón muy al estilo oficina. Como a punto de atender una llamada, de recibir gente a una cita programada, pero con amigas, cosas ricas y sin compromisos. El tiempo voló y las risas retumbaron con eco en las paredes.

Santal tiene la particularidad de haber sido creado en el lugar que ocupaban las antiguas casonas de Belgrano. Entonces, cada rincón se adaptó para tener su luz especial. A la entrada podés encontrar mesas clásicas, después lugares de a 2 entre almohadones y escaleras, luego le siguen livings de sillones y mesitas. Al costado a la izquierda está la “oficina”: el lugar con sillas cómodas y en movimiento que emula las reuniones. Muy cerca y contra la ventana un comedor bajito y hogareño. Hacia el fondo, el patio también transformado para escribir momentos. Todos los elementos son diferentes y cada uno podría haberse encontrado en una casa distinta, mezclando retazos de familias e instantes.

¿El dato? También es pet friendly, así que ya sabés que todos están invitados. Pero no es la única sorpresa. Las plantas que decoran el local también están a la venta en una serie especial de macetas y centros de mesa. Las variedades son Panduratas, Philodendros Peruvianos, Singoniums Rosados y Anthuriums Mini.

Pasa el tiempo, las amigas cruzan fronteras, las decisiones se vuelven definitivas. Pero ahí siempre está nuestro rincón cafetero para entibiar el corazón, la merienda más rica de Belgrano.

Te cuento más sobre mis favoritos siguiendo este camino, al fondo a la izquierda.



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