Receta: tarta de ricota y dulce de leche
Sabemos que la tarta de ricota es rica, si. Pero le falta algo para enamorarnos, un ingrediente hermoso como el dulce de leche. Esta vez seguí alimentando mi libreta con una receta de Cocineros Argentinos para probar un postre que comí sólo en una oportunidad, pero esta vez casero.
Ingredientes:
Para la masa:
Manteca 180 grs
Azúcar 150 grs
Huevo 1
Yema 1
Esencia de vainilla 1 cdta
Harina 0000 360 grs
Sal 1 cdta.
Para el relleno:
Ricota 600 grs
Almidón de maíz 2 cdas
Clara 3
Ralladura de limón 1
Azúcar 200 grs
Dulce de leche repostero 500 grs.
Para decorar: azúcar impalpable a gusto.
A hacer realidad esa tarta de ricota y dulce de leche
1. Cremar la manteca pomada con el azúcar, sumar el huevo, después la yema y la esencia de vainilla. Seguir batiendo hasta cremar nuevamente.
2. Aparte, mezclar la harina con la sal y hacer una corona en la mesada. Volcar el cremado en el centro e integrar con las manos. Esta masa es muy pegajosa como la de las galletitas, así que a no desesperar que todo va a salir bien. Descansar en heladera por 30 minutos envuelta en film.
3. Para el relleno, mezclar en un bol la ricota con el almidón de maíz, las claras, la ralladura de limón y el azúcar. Diría que el secreto de toda la preparación es el limón porque esa frescura va a combinar perfecto con la locura dulce que estamos por agregar.
4. Dividir la masa en 2 partes desiguales. Estirar la parte mayor (yo lo hice sobre film porque sino se pega y se puede romper) y forrar la base de un molde de tarta enmantecada (base y bordes).
5. Rellenar con dulce de leche, si mojamos la cuchara es más fácil distribuirlo por toda la superficie. Después volcar la mezcla de ricota ¡qué hermoso momento!
6. Estirar la parte menor y tapar, así sin miedo. Seguro hay que reacomodar un poquito para que queden las dos capas unidas como cuando hacemos tartas.
7. Llevar al horno medio por 35 minutos. Desmoldar tibia y espolvorear con azúcar impalpable. ¡Ya está lista la tarta de ricota y dulce de leche!
En casa la preparamos al atardecer y la dejamos en la heladera para un almuerzo muy especial del día siguiente. Esto estuvo buenísimo porque los sabores se asentaron e hicieron que quedara más rica.
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