Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires: otra forma de recorrerlo.

Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires: otra forma de recorrerlo.

¿Dónde está el Museo de Arte Decorativo? Av. del Libertador 1902, CABA.
¿Cómo visitarlo? Toda la información por acá.

«Los Errázuriz-Alvear residieron sólo veinte años entre estas paredes. En 1937 fue adquirido, con la mejor parte de su mobiliario y decoración, por el Estado argentino. Alberga, desde 1937, la Academia Argentina de las Letras, la Academia Nacional de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte Decorativo y el Museo Nacional de Arte Oriental. La casa recrea los estilos más significativos del arte decorativo y de la decoración europea de los siglos XVIII y XI».

El museo te expande la mirada en cada esquina, y por eso, les propongo analizarlo teniendo en cuenta los ángulos desde los cuales decidí enfocarlo con mi cámara.

Portales:

Se habla mucho de las puertas que se cierran y las que se abren, como grandes metáforas para cada etapa de la vida, pero como casi todo, nada es tan lineal. A veces nos aventuramos por puertas doble faz, investigamos, volvemos, merodeamos, las clausuramos, las volvemos a construir, las hacemos más grandes para poder entrar acompañados, cambiamos los marcos, pintamos sobre el diseño original, intentamos predecir qué puede haber detrás mirando a través de las rejas, de las hendijas. Y ahí van quedando, en el gran museo del historial de nuestras decisiones: abiertas, cerradas, inconclusas, maduradas. Vividas, archivadas. 
El día en que crucé el primer portal del museo, todas las puertas brillaron tan fuerte que no pude dejar de sacar mil instantes para congelar. 

Contrapicado


Desde el jardín del Museo de Arte Decorativo todo parece impactante: tan sólo mirar las ventanas en altura cerca de la mítica avenida Libertador te lleva años atrás en el tiempo, a una aristocracia que delineaba planos majestuosos, curvas elegantes y colecciones emblemáticas. 


¿Y si mirás hacia arriba?


No sólo podés encontrarte con luces increíbles, también puede haber texturas y recorridos nuevos. “Desde la Galería de los tapices se tiene una muy buena visual del diseño casetonado del techo que incluye recuadros de vidrio emplomado que permiten el ingreso de luz natural. El cielorraso está realizado en estuco imitando el roble, íntegramente decorado con molduras, ovas y grutescos”. Toda una nueva geografía a descubrir. 


Mirar de frente:


Lo interesante de las construcciones antiguas es que están llenas de pasadizos alternativos, grandes y pequeños. A diferencia de las construcciones modernas y sencillas, el libro en la biblioteca que funciona como entrada oculta, el pasillo de servicio que conecta todos los pisos y la puerta escondida entre molduras blancas parecen ser un desafío sorpresa que guardan los museos. Eso sí, hay llaves que nunca nos dan, y a veces sólo nos queda seguir contemplando de frente, imaginando qué historias habrá detrás. 


¿Cómo fue el día en que lo visité?


Hay fines de semana que se quedan para siempre. Había una vez un sábado que transformó la tristeza en cambio, luz y oportunidades. Empecé a caminar y todas las dudas comenzaron a despejarse, avanzando de la mano con cada una de tus palabras. El sol brillaba y la calle parecía haber aplicado una capa de contraste sobre los verdes y los azules. Me senté en un banquito y volví a escuchar “Volver a empezar”, una canción que se había autopresentado hace 10 minutos en un aleatorio de Spotify.

Traspasé la entrada del museo y vi que aún había más detrás de la fachada: jardines, curvas, diseños y una tarde tan naranja, tan especial, llena de aprendizaje, recuerdos de viajes, risas, amigas y caminos reencontrados. Descubrir lugares nuevos: en la calle, en nuestra forma de sentir, en cada etapa. Quizás esa sea una de las pasiones que estuvieron a la vista pero nunca fueron escritas. Así se veía una tarde en la que todo parecía encontrar su lugar perfecto, deslizándose entre los jardines: imanes para congelar instantes y descubrir historias con amigos.

El dato: las exposiciones del Museo de Arte Decorativo van variando en cada etapa. En este caso, yo visité «El mundo entero es una Bauhaus», modernidad, ruptura y cambio». Además, afuera hay una linda cafetería, «Croque Madame», para terminar el día.

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